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COMO HABLAR DE DROGAS CON LOS HIJOS

Para prevenir el consumo de drogas en la infancia, la familia debe aconsejarles y enseñarles a tomar decisiones con criterio. Te ofrecemos consejos sobre cómo y cuándo hablar del tema con tus hijos.

El consumo de drogas es una problemática cada vez más extendida en la sociedad actual, y cuyo comienzo es cada vez más temprano. Y es que, los adolescentes son especialmente vulnerables a iniciarse en el consumo de drogas blandas (alcohol, tabaco…) y sustancias ilegales. En esta etapa surge la necesidad de experimentar y probar cosas nuevas. La adolescencia supone el tránsito de la niñez a la vida adulta, necesitan reafirmar su identidad y forjar una personalidad madura. Animados por la curiosidad, las ganas de sentirse bien, por reducir el estrés, sentirse adultos o pertenecer a un grupo, suele ser habitual en estas edades la experimentación con el consumo de sustancias peligrosas.

Los niños y adolescentes no siempre son conscientes de la relación entre sus acciones en el presente y las consecuencias de éstas para su futuro. Tienden a sentirse indestructibles y no perciben las consecuencias negativas que pueden tener determinados actos como el de consumir sustancias peligrosas para su salud física y mental.

La importancia de la prevención del consumo de drogas

Actualmente las drogas tienen mayor difusión que en cualquier otra época de la historia, lo que hace que sus peligros sean a veces subestimados y desde el entorno familiar sea necesario poner las medidas y la información precisa para evitar sus estragos. Prevenir el consumo de drogas en la infancia ha de enmarcarse dentro de un proceso educativo continuo y gradual.

El consumidor adicto comienza a consumir en la adolescencia, de ahí que sea fundamental prevenir desde edades tempranas el uso recreativo de drogas. Para ello, el apoyo y el consejo familiar son las mejores herramientas para potenciar el desarrollo de su identidad y la prevención del consumo de sustancias nocivas. El papel de la familia es clave para proporcionar a nuestros hijos los recursos –conocimientos, valores, habilidades personales, creencias, etcétera– que les permitan decidir desde la madurez, sin miedos y con plena consciencia de las consecuencias.

¿Qué ocurre cuando se prueban las drogas?

Una droga es una sustancia que incide directamente en el funcionamiento del cerebro, modificando el pensamiento, los sentimientos y la conducta; y a la larga cambia también la forma de ser. El consumo de drogas interfiere directamente en el sistema límbico del cerebro, responsable del circuito de recompensa natural, lo que provoca una sensación artificial de bienestar y placer. El cerebro no está preparado para recibir estos estímulos que  alteran los mecanismos de recompensa. Cuando se consume de manera continuada el sistema límbico se ve afectado y se inicia el proceso de adicción. El cerebro necesita consumir para producir la recompensa y se crea una adicción a esa sensación de placer.

Cuando debemos hablar sobre las drogas con nuestros hijos

La prevención para el consumo de drogas se enmarca dentro de un proceso educativo que comienza en la niñez. Educar a nuestros hijos para que sean responsables y desarrollen la capacidad de decidir desde el sentido crítico es una labor que se debe iniciar desde un primer momento, para que tengan herramientas para declinar este tipo de tentaciones.

Es fundamental transmitir valores desde una edad temprana, predicar con el ejemplo y desarrollar la capacidad de decisión, así como la responsabilidad, identidad y autonomía. Si educamos con unas bases firmes será más sencillo hablar con ellos sobre estos temas llegado el momento.

¿A qué edad están preparados para hablar sobre drogas?

A partir de los 11-12 años los niños y niñas entran en un periodo que podemos denominar pre adolescencia. En esta etapa comienzan a desarrollar su capacidad de razonamiento, es el momento ideal para fomentar su sentido crítico y favorecer sus habilidades para tomar decisiones. Establecer una buena comunicación con ellos, ya desde antes de la adolescencia, resulta esencial para llevar a cabo una tarea preventiva eficaz desde la familia.

Las drogas están más cerca de nuestros niños de lo que solemos pensar. La información sobre estas sustancias nocivas llegará a ellos, ya que a partir de esta edad suele ser habitual que comiencen a hablar de drogas, aunque aún no se inicien en el consumo. Es fundamental por lo tanto hablar con ellos y aportarles información realista.

Evitar hablar de drogas haciendo de éste un tema tabú, no sólo no elimina las posibilidades de que los chicos y chicas tengan que enfrentarse a ellas, sino que además los deja vulnerables, sin criterios para comprender y juzgar la información externa. No hay que esperar a la adolescencia, en esta etapa previa es más fácil hablar con ellos, adaptando el mensaje a su edad y entendimiento, siendo nuestra labor educativa un proceso continuo.

Cómo podemos hablar de drogas con los niños

Al hablar con los hijos sobre las drogas les ayudamos a estar preparados, les hacemos conocer la información antes de que caigan en una situación peligrosa. Si los niños y niñas no se sienten cómodos hablando con sus padres, buscarán la información por otros medios, no siempre de confianza. Es una labor de la familia hablarles sobre los efectos del consumo de sustancias nocivas y de este modo corregir los conceptos erróneos que los chicos y chicas puedan tener.

Las drogas no tienen que ser un tema de conversación tabú en la familia, debemos incluir esta temática en las conversaciones sobre salud y seguridad. Son muchas las ocasiones en las que, los adultos, esperamos encontrar el momento ideal para hablar sobre temas delicados, sin embargo es difícil determinar cuál es ese momento idóneo. Por ello, hay que dar el paso y hablar siempre que se pueda, con naturalidad, sin dramatizar ni banalizar el tema.

Hablar de drogas desde el diálogo

El diálogo implica escucharles antes de hablar, sólo de esta forma sabemos qué es lo que saben sobre el tema de las drogas y podremos adaptarnos a sus conocimientos y lenguaje. El diálogo es más que hablar, es observar, mostrar interés y crear un clima positivo donde se sientan cómodos para expresar sus ideas, dudas y preocupaciones. A través del diálogo, encontraremos la forma de hablar sobre el tema y hacernos comprender, a través del diálogo asentamos las bases de una relación de complicidad y confianza.

Una buena forma de iniciar la conversación es preguntándoles de modo abierto y con naturalidad qué opinan sobre las drogas, aprovechar alguna noticia o comentario relacionado puede ayudarnos a sacar la conversación. De este modo no se sentirán presionados, ni juzgados para hablar y es más probable obtener una respuesta sincera. Después de escuchar su respuesta y conocer sus opiniones, a la hora de hablar nosotros lo más importante es emplear un tono sencillo, cercano, directo y razonable.

Consejos y técnicas para hablar sobre drogas con los hijos

  • Claridad. Aunque usemos un lenguaje adaptado, debemos darles a los niños y niñas una información clara, seria y completa. Cuando se trata de temas delicados los niños/as suelen recibir informaciones incompletas y confusas.
  • Evita reproducir los tópicos, las exageraciones y falsas creencias. Si tu información se apoya en datos reales, será más creíble y convincente para ellos.
  • No dramatices, ni banalices el tema. Habla con naturalidad, adaptándose a su lenguaje, no se trata de crear un miedo ni de quitar importancia.
  • Evita interrogarles insistentemente sobre si tienen pensado consumir o si han consumido alguna vez. En lugar de eso pídeles su opinión, y aprende a preguntar de otra manera, a través del diálogo, la observación y la escucha.
  • Evita entrar en discusiones con ellos. La discusión por opiniones contrarias puede convertirse en un modo de reafirmarse y desarrollar su identidad estando a favor de las drogas.
  • Infórmate sobre el tema. Antes de hablar con ellos, es importante conocer de qué hablamos para poder explicárselo a ellos.
  • Cree en lo que dices y da ejemplo. A veces les damos información incongruente, cuando nuestros actos no concuerdan con nuestras palabras.
  • Da el primer paso y no temas sacar el tema, no esperes al momento adecuado. Aprovecha cualquier información, noticia, etcétera, y pregúntales su opinión.
  • Aprende a ser flexible, para escuchar y comprender sus opiniones. Si desapruebas sus opiniones, se sentirán juzgados y conseguiremos el efecto contrario.
  • Aprende a aconsejar en lugar de imponer. La imposición suele tener el efecto contrario, despertar su curiosidad ante lo prohibido y su necesidad de reafirmarse.

Escrito por Celia Rodríguez Ruiz, psicóloga clínica sanitaria, especialista en pedagogía y psicología infantojuvenil

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